Conforme han pasado los meses y años desde esta crisis, las empresas se han dado cuenta de que la tendencia imperante por 10 años o más antes de la pandemia tenía una razón de ser. Es completamente inviable y muchos estudios de empresas ya lo han avalado, trabajar a full potencial individual y organizacional en un estado de aislamiento y muy bajo control. Discusión diferente y válida es si se puede trabajar en un esquema híbrido donde la gente vaya 4 días a la semana, o que haya espacios flexibles para el personal de venta en terreno para que esté ahí en forma esporádica y los incentive a visitar a sus clientes. Pero sí o sí la tendencia es cada día más a volver a la oficina en forma completa, o aquellos que estaban con esquemas híbridos, a aumentar la cantidad de días de presencia en las oficinas. Anecdóticamente hacemos eco de la reciente noticia de la empresa Team Viewer, referente en la prestación de plataformas de interacción y reunión virtual como Meet o Zoom, lanzando un comunicado oficial instando a todos sus trabajadores a la vuelta a la oficina.
Las empresas tienen, eso sí, el desafío de que esta completa o mayor vuelta a la oficina se haga en forma armónica y alineada con todos los trabajadores. Como todo en la vida no es muy conveniente hacerlo en forma netamente impositiva. La empresa debe equilibrar su derecho a tener un lugar de trabajo coordinado, colaborativo y productivo con proveer de una experiencia de trabajo mejorado en el lugar. Dicho de otra manera, que la gente vaya no solo por imposición, sino también por conveniencia personal, de experiencia social y productividad laboral.